estos días le estamos dando a la escalada deportiva, después de Arguibelle, pasamos a el bloque en pont de camps y algunas vías en el valle de Tena, por las tardes tengo que pintar, para una próxima exposición.
En espera de estar un poco más libre y marchar a Gavarnie a hacer alguna vía clásica.

hemos pasado unos días en Arguibelle, preciosa zona de escalada en el Piribeo francés, Laura, Anne, Neus, Guillermo y yo, dejo costancia de como cuidan esta gente su entorno, escalar bajo el tintineo de las ovejas, el ruido de vacas y caballos y la paz que se respira en el lugar no tiene precio, la diferencia con algunos lugares de aqui que el unico sonido que escuchas es el desagradable de camiones y camiones bajando escombros, es abismal, merece la pena un viaje a Arguibelle, más de trescientos largos de todas las graduaciones, un entorno idilico y si llueve algun día un rocodromo en Oloron fantastico, ( otra cosa que por estos lares echamos de menos ). Os dejo algunas fotos.

Este verano se dice ha sido atipico, menos calor, viento, poca gente, bueno pues los "atipismos" hay que afrontarlos con alegría,

para nosotros ha sido rutinario, escalar, andar, exponer, dormir a la intemperie, andar entre las nieblas del país vecino, reirnos, caernos, perder alguna reseña de escalada y tener que afrontar una larga pared sin saber la dificultad, dejarnos la cuerda en el refugio, (volver a por ella ), desear que la bajada se acabase lo antes posible, mirar las nubes con inquietud cuando faltan 100 metros para terminar la pared, volver a mirar con alegría ( se marchan por fin!!), dejar cosas por hacer ( queda septiembre), conocer nueva gente, pasar los días sin encontrarlos?, probar nuevos itinerarios, cambiar el ritmo, en definitiva hemos afrontado el atipico verano, con ganas de seguir, de seguir haciendo lo que nos gusta, divertirnos con ello y esperar a que las hojas se vuelvan de colores, para simplemente mirarlas, y que un día de repente el cielo se torne más gris que de costumbre y sentir que la temperatura baja de subito, elevar la vista y ver bailar los primeros copos, y empezar a soñar con las primeras bajadas del invierno