Irremediablemente, el "espiritu blanco" me ha enganchado otra temporada, este otoño me sentía agusto entre las rocas, caminando hacia las paredes, incluso pensaba alargar la temporada de "rockero", y de pronto ocurrio, lo que nadie esperaba, nos levantamos un buen día con Los Pirineos más blancos de estos últimos años en fechas tan tempranas.
Mire mis tablas, las agarré, y ahora me está costando soltarlas, pero aun espero calzarme los pies de gato, ya lo creo!!
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