jueves, 26 de junio de 2008





Calor, mucho calor hacia esta semana pasada, nos fuimos a "el puerto" que denominamos los locales a la Sierra Telera, y caminando entre gencianas, orquideas y demás flores alpinas, nos acercamos a el corredor de la Canal Ancha, la verdad es que a primera vista el tema estaba entre apetecible y desechable, o sea por la parte media-alta la nieve relucia inmaculada y blanca y de ahí para abajo estaba completamente salpicada de piedras de todos los tamaños y de un gris nada atrayente, eso si una estrecha lengua de nieve blanca nos indicaba que el descenso hasta el final del corredor era posible, a 22 de Junio!!!, otro aliciente más para intentar bajar, cierto es que este año todo el mundo está esquiando por las clásicas Aneto, Neouvielle, etc... pero esta Canal ofrecia, soledad, originalidad y paisaje diferente. En fin ese mismo día un poco de boulder en las fantasticas rocas de caliza de la base del corredor y plan para el día siguiente, bajar la canal!!!
Y esa fué nuestra prioridad, la subida ya se sabe, de pronto de pasar días de temperaturas muy agradables a el calor en su versión más aplastante, vale, es igual a sufrir un poco y ya se verá, lo cierto es que nuestra primera sorpresa fué que teniamos vecinos de "canal" cuando ví dos siluetas a lo lejos le comenté a Guillermo, esta gente tienen que estar con esquis, y no me equivoque hacia la mitad cuando ya el sudor en forma de chorros nos caía por la frente, levante la mirada y ví dos personas, saltando, disfrutando y dejando estelas de nieve primavera bajo sus tablas, parada de rigor delante nuestro para saludos y opiniones de como estaba la nieve, ellos siguieron su camino esquiando y nosotros mirandoles con cierta envidia, pues nos quedaba una hora más de ascensión, pero el ver la facilidad con que se manejaba la nieve y el poder aprovechar sus huellas de subida nos dio ese punto de animo que toda actividad necesita, desde aqui gracias a nuestros vecinos de canal, por la huella marcada. Por fin arriba, agujero en la rimaya para sentarnos beber y ponernos los esquies, respiración y para abajo, que gozada ver a mi compañero e hijo, deslizarse con esa harmonía y suavidad en una canal realmente de nieve dominable pero muy irregular con canalizos por los lados y irregularidades por todo, pero ver una persona bajar asi ya te anima a bajar lo que sea, llegamos al estrechamiento y Guillermo lo negocio como si las piedras que se contaban por docenas!! no fueran con el, plis, plas cuatro saltos dos giros, más una salida enchufada hacia la derecha y a enganchar el último y estrecho tramo del final.
Bien llegada a la lengua de nieve terminal y mirada atrás para ver el itinerario recorrido, sonrisas de oreja a oreja y a negociar el ya asfixiante calor ade vuelta a el coche, pies en el agua cristalina y regreso a casa a el pueblo a pensar en la siguiente.

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